Hace ya un par de semanas que vi Toy Story 3 y de ella solo puedo decir que fue una muy buena secuela pero innecesaria, la verdad es que tras el final de la 2 poco me importaba ya lo que pasara con los juguetes cuando Andy dejara de jugar con ellos para chaquetearcela porque se había vuelto un puberto Facebukero que solo tenía amigos por internet. Aunque la avalancha de nostalgia fue mucho menor que la de mis hermanos, incluso que la de mi hermana menor y fue por ello que me propuse a escuadriñar en el mundo de mi cabeza en dirección hacia mi infancia ya que no concebía como ella podría tener más nostalgia de algo que se supone era mas de mi generación. No es tanto lo que le llevo a ella, son solo 3 años y cuando estábamos los dos en la primaria fue que se estreno la primera película. Así fue que regrese a ese agujero de ignorancia austero de criterio y fácil influenciavilidad que llame infancia.
Recordé que de chico llegue a ver Toy Story pero mucho después de que saliera en el cine, rentada en VHS en un videocentro (donde también rentábamos juegos de Nes porque nunca tuve más que Super Mario Bross) y que antes de ver Toy Story había visto Small Soldiers que para mi mentecita infantil era la gran onda ver a los juguetes soltándose catorrazos por ellos mismos. De niño prefería la acción al drama de manera que no le preste mucha atención a la historia del vaquerito y el astronauta que debían volver con sus amigos y en su lugar preferí la mala película de juguetes que se daban de madrazos (a veces pienso que si me pudiera visitar de chico me daría unos buenos zapes en la cabeza).
Tras este trivial descubrimiento no evite recordad aquellos días de antaño en que poseía mis propios juguetes y yo era el que creaba la historia y ese fue un recuerdo mucho más agradable.
Yo no solía jugar con otros niños porque me gustaba tener un control de lo que sucedía en la historia y tratar de respetar la continuidad; entre los primeros juguetes que recuerdo se encontraba un Batman, un Robin y un dos caras de la serie de Batman animada que daban cuando estaba en la primaria. No fueron mis primeros juguetes pero si los que más recuerdo y con más cariño y que sufrieron un triste final a manos de un primo irresponsable. Entre el ejército del bien recuerdo que siempre estuvo un Batman al mando, estaba Robin, algún JI Joe, Ratatrampa (de Beast Wars), Goliat (de gárgolas) y Quasimodo. Por parte de las hordas del mal, aparte de dos caras tenia a Mum-Ra, los Power Rangers, ninjas de 20 pesos y gran cantidad de intentos de regalo de cumpleaños, el ejercito de los malos fue muy chafa hasta que llegó Dark Ages Spawn a fortalecer a los malos y poco después Ciclope (de los X-MEN) a reforzar a los buenos, aunque no tuvo mucha participación en la historia que planteaba, ya que llevaba una continuidad y una trama que siempre continuaba juego con juego.
Bueno, esto se fue a no sé donde chingados, pero la cosa es que no le tengo tanta nostalgia a Toy Story y ahora me puse a tratar de recordar de que chingados se trataba el guion de mis juegos de mi infancia. Ya es noche y ando cansado, estas cavilaciones no llevan a nada y estoy considerando concluir la discusión con mi hermana optando por la opción “B”, no tengo alma.
miércoles, 21 de julio de 2010
viernes, 9 de julio de 2010
El hombre y las ideas
Las ideas son los engranes de todo ser racional. Son multifuncionales, no tienen un cuerpo físico, en sí, se pueden tomar de diversas maneras, solidificarse sin dejar de ser intangibles.
Esta madrugada, he decidido dedicar un poco de mi tiempo a explicar mi visión respecto a estas maravillas que revuelan en la cabeza de cada ser.
Se preguntarán, ¿por qué aborde este tema?, bueno, quisiera explicar de manera literata qué sucede conmigo cuando dejo de escribir durante un lapso amplio de tiempo.
No es necesario dar explicaciones, pero en este caso, me parece divertido.
Para escribir algo, necesitas una materia prima esencial, ideas. De ahí, le sigue el saber escribir, lo demás es mera disciplina y perseverancia.
En cada persona hay un receptor de ideas, lo veo así, como una antenita que la atrae, de ahí se pasa a un filtro en tu cabeza, el cual la remueve y la revuele hasta sacar algo más puro, por último, se plasma.
Este método es posible aplicarlo en todas las artes, ya que la idea es universal. Tangible, no tangible, a color, o no, con textura o plana, jamás dejará de ser una idea. Digamos que es como una fotografía de ésta, en diversos ángulos. La papa jamás deja de ser papa sólo porque vista hacia arriba y muy lejos parece una mancha. Algo así funciona esto de las ideas.
La escritura, es una forma de idea trasformada. El dibujo igual, la pintura ni se diga.
Siguiendo con el ejemplo de la fotografía, como en todo ángulo, hay algunos que el objeto se reconoce mejor, o se ve mejor.
El enfoque de la idea, en ciertas artes es mayor que en otras, nos da mejor alcance por ende, entendemos mejor la idea reflejada.
Bueno, saliendo de tanto choro, quisiera justificar mi ausencia, sencillamente porque así lo deseo.
Las ideas han estado llegando a mi mente, sí, muchas, pero el filtro que las separa, no ha estado funcionando bien, quedan ideas en bruto, y para plasmar eso, por más bonito que lo redactara, sería un carbón vacio, ¿qué caso tiene transmitir un enfoque a medias?
“Me dices que tiene dos ojos” Pero muchísimas cosas en este mundo tienen dos ojos. Ideas a medias, el horror de mis horrores.
Bueno, esto ya es un avance, aunque es algo tedioso por no decir aburrido, los procesos extraños que hace mi mente, quise compartirlo, quizás a algunas personas les sea de utilidad, de igual manera, lo comparto.
Esta madrugada, he decidido dedicar un poco de mi tiempo a explicar mi visión respecto a estas maravillas que revuelan en la cabeza de cada ser.
Se preguntarán, ¿por qué aborde este tema?, bueno, quisiera explicar de manera literata qué sucede conmigo cuando dejo de escribir durante un lapso amplio de tiempo.
No es necesario dar explicaciones, pero en este caso, me parece divertido.
Para escribir algo, necesitas una materia prima esencial, ideas. De ahí, le sigue el saber escribir, lo demás es mera disciplina y perseverancia.
En cada persona hay un receptor de ideas, lo veo así, como una antenita que la atrae, de ahí se pasa a un filtro en tu cabeza, el cual la remueve y la revuele hasta sacar algo más puro, por último, se plasma.
Este método es posible aplicarlo en todas las artes, ya que la idea es universal. Tangible, no tangible, a color, o no, con textura o plana, jamás dejará de ser una idea. Digamos que es como una fotografía de ésta, en diversos ángulos. La papa jamás deja de ser papa sólo porque vista hacia arriba y muy lejos parece una mancha. Algo así funciona esto de las ideas.
La escritura, es una forma de idea trasformada. El dibujo igual, la pintura ni se diga.
Siguiendo con el ejemplo de la fotografía, como en todo ángulo, hay algunos que el objeto se reconoce mejor, o se ve mejor.
El enfoque de la idea, en ciertas artes es mayor que en otras, nos da mejor alcance por ende, entendemos mejor la idea reflejada.
Bueno, saliendo de tanto choro, quisiera justificar mi ausencia, sencillamente porque así lo deseo.
Las ideas han estado llegando a mi mente, sí, muchas, pero el filtro que las separa, no ha estado funcionando bien, quedan ideas en bruto, y para plasmar eso, por más bonito que lo redactara, sería un carbón vacio, ¿qué caso tiene transmitir un enfoque a medias?
“Me dices que tiene dos ojos” Pero muchísimas cosas en este mundo tienen dos ojos. Ideas a medias, el horror de mis horrores.
Bueno, esto ya es un avance, aunque es algo tedioso por no decir aburrido, los procesos extraños que hace mi mente, quise compartirlo, quizás a algunas personas les sea de utilidad, de igual manera, lo comparto.
jueves, 1 de julio de 2010
LOLO Y LALA
Actualmente existen dos pequeñas vidas que dependen de mi, viven a un lado de mi cama y se trata de mis Jerbos (Lolo y Lala), estas pequeñas criaturitas me fueron otorgadas por mi hermana mayor que por tener dos gatos escurridizos se le hiso que era un ambiente bastante hostil y peligroso para sus pequeñitas existencias.
Ahora que están conmigo se han convertido en mi responsabilidad y me pongo a reflexionar como estando bajo mi cuidado sus vidas dependen completamente de mi tanto su alimentación como su higiene.
Actualmente no se encuentran en el mejor estado, la verdad no sé si están gordos o desnutridos o si les afecta el power metal en alto volumen. Lo que sé es que esas pequeñas vidas dependen de mi por estar bajo mi tiranía y eso me hace pensar que tan solo un par de días de flojera y sus pequeñas vidas terminarían, con un fin de semana sin cuidados ni atención ya que comen cuando les doy de comer y sigo pensando en la dependencia que sus existencias tienen, de igual forma podría dejarlos libres pero como nacieron en cautiverio no sobrevivirían ni se podrían adaptar fácilmente al ecosistema de la región.
No les queda más que resignarse a su existencia en su vitrina y sin más esperar la mano benefactora que los provee de alimento sin razón ni causa aparente. Me imagino que en sus mentecitas he de ser una captor injusto que les da proporcionales raciones de alimento y que colocando muros de cristal solo les deja ver la ilusión que anhelan y que jamás tendrán, el horizonte mas allá de su jaula, atreves de la ventana de mi cuarto que les muestra la promesa de una vida diferente.
Como sea, me he acostumbrado al ruido de sus garras sobre la madera y el cartón y sus incesantes dientecitos mascando cuanto objeto meto en su territorio y cada mañana me despierto siendo lo primero que veo sus exigentes caritas clamando por alimento, sé que debo levantarme y darles su ración del día ya que si no lo hago sus vidas podrían menguar y sus muertes quedarían impregnadas de mi irresponsabilidad y mi hermana se enojaría mucho conmigo.
Ahora que están conmigo se han convertido en mi responsabilidad y me pongo a reflexionar como estando bajo mi cuidado sus vidas dependen completamente de mi tanto su alimentación como su higiene.
Actualmente no se encuentran en el mejor estado, la verdad no sé si están gordos o desnutridos o si les afecta el power metal en alto volumen. Lo que sé es que esas pequeñas vidas dependen de mi por estar bajo mi tiranía y eso me hace pensar que tan solo un par de días de flojera y sus pequeñas vidas terminarían, con un fin de semana sin cuidados ni atención ya que comen cuando les doy de comer y sigo pensando en la dependencia que sus existencias tienen, de igual forma podría dejarlos libres pero como nacieron en cautiverio no sobrevivirían ni se podrían adaptar fácilmente al ecosistema de la región.
No les queda más que resignarse a su existencia en su vitrina y sin más esperar la mano benefactora que los provee de alimento sin razón ni causa aparente. Me imagino que en sus mentecitas he de ser una captor injusto que les da proporcionales raciones de alimento y que colocando muros de cristal solo les deja ver la ilusión que anhelan y que jamás tendrán, el horizonte mas allá de su jaula, atreves de la ventana de mi cuarto que les muestra la promesa de una vida diferente.
Como sea, me he acostumbrado al ruido de sus garras sobre la madera y el cartón y sus incesantes dientecitos mascando cuanto objeto meto en su territorio y cada mañana me despierto siendo lo primero que veo sus exigentes caritas clamando por alimento, sé que debo levantarme y darles su ración del día ya que si no lo hago sus vidas podrían menguar y sus muertes quedarían impregnadas de mi irresponsabilidad y mi hermana se enojaría mucho conmigo.
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